29 de Mayo 2004

Guernica

Dios es mujer. Y la tiene pequeña. Es un impertinente con gafas. De los que se sienta en primera fila. A Dios no le han bautizado. Le tiene miedo al agua. Quizás por eso le huelen los sobacos. Dios no sabe leer ni escribir. La Biblia, cosa de un negro. El mismo tipo con el que estuvo relajándose el séptimo día. Dios es un imbécil de los que subraya las buenas frases de los libros. Y eso es algo tan estúpido como pintarle pestañas rojas a los ojos más tristes del Guernica.

enfant terrible 10:56 PM | Comentarios (10)

26 de Mayo 2004

Liquid room

Acaricio la pared con la punta de los dedos. Como una madre buscando el nombre de su hijo en una lista de soldados muertos. Me revuelvo. Aparto las sábanas. Abro los ojos. Me río de las rendijas de la persiana proyectadas en el techo. La luz de algún coche las pone en movimiento. Se escapan. Comprendo que son ellas las que se ríen de mí. Desisto.
Cuatro dígitos verdes. Borrosos. 03:49. No es fácil saber si es tarde cuando no tienes muy claro donde estás. Negocio minutos de tres segundos. Y pierdo. Aquí todo el mundo parece tener muy claro como ganarme. Incluso un jodido despertador.
Las paredes se vuelven líquidas. Y se separan como dos gotas de mercurio. Se me abultan los ojos. Hago óes con la boca. Olvido los tres últimos segundos escritos. Desde fuera, una mano arranca la persiana. De pronto llueve algo. Empiezo a notar sobre las escamas los golpecitos de la asquerosa comida de peces.

enfant terrible 1:50 PM | Comentarios (15)

Miércoles

Los días todos de la mano. Como parvulitos en la puerta de un museo. Los Lunes. Los Martes. Dos niños iguales con los mismos mocos verdes y distinto nombre en la bata.
Y yo, un hamster. Hastiado de dar vueltas en un tambor de lavadora. Me mareo. Con la cara de imbécil de un astronauta suplicando biodramina. Agua y detergente que se cuelan por la nariz. Y no hay polvo blanco que acabe con estos cercos de pena. Centrifugo un millón de veces hasta encoger. Escapo por uno de esos agujeros del tambor. Sumidero. Cañería. Verdín. No sé si en ese orden. Pero al final, alcantarilla y calle. Y todo sigue oliendo tan a mierda. Como cualquier otro Miércoles.

enfant terrible 1:45 PM | Comentarios (1)

23 de Mayo 2004

Sondeo

Aprovecho que la chica de ojos azules se levanta y va al baño. Estoy a cuatro mesas de la suya. Voy hasta allí. Empiezo a escribir una frase en cada página de su código civil. Relleno unas treinta hojas. Sí, las chicas de ojos azules siempre tienen mucho que mear. Vuelvo a mi sitio. A los tres minutos llega ella. Se sienta. No tarda demasiado en darse cuenta de mi gamberrada. Empieza a leer. Sonríe. Pasa las hojas sin levantar la vista. Me gusta que no trate de averiguar quien ha podido ser. Se centra en la historia. Noto que se acerca al final. Ya no sonríe. Noto como reprime una lágrima. Efecto deseado. Me levanto contento. Y me voy.
Otras noches. Escribo frases. Las mando a móviles desconocidos. María ha tenido un accidente, está en coma. Me sigues queriendo? tres noches sin que nada huela a ti, son demasiadas. O tengo mis trescientos euros mañana, o te corto el cuello. Tecleo un número. Y espero las reacciones.

enfant terrible 8:17 PM | Comentarios (11)

Foto

Inquietante. El parpadeo de un fluorescente estropeado en un parking inundado. Elegante. El azul de una llama de gas. Absurdo. Una ardilla buscando nueces en las páginas amarillas. Tétrico. Un ramo de tulipanes negros en la mediana de una autopista. Frío. Un destornillador destrozando un diente. Estúpido. Pensar en fotogramas.

enfant terrible 1:21 AM | Comentarios (1)

22 de Mayo 2004

Australia

Quiero que esos niños que comen moscas y arroz de un bol, amanezcan todos los días en Disneyland. Todo el mundo tiene derecho a tirarle del rabo a Pluto. Me apetecen días en technicolor para todos los ciegos. Que los feos bailen con la más guapa. Sin dinero. Sin descapotables. Con granos en la cara. Y una mano en el culo. Quiero ministros con mierda bajo las uñas. Con la mano tendida. En la parada de metro que tú prefieras. Veinte dedos para los niños que pisan minas. Mujeres que menstrúen bloodymary. Que la gente se quiera por el agujero que le apetezca. Que las banderas sólo sirvan para intuir la dirección del viento. Que a todos nos dejen tirar un par de veces los dados. Que las cosas empiecen a girar en el sentido opuesto. Como cuando cagas. En Australia.

enfant terrible 2:31 AM | Comentarios (1)

Telepizza

Me asusta la gente que cree en sí misma. Con fe. Con ganas. La gente de paja ante el espejo. Esos que no dudan. Que parecen caminar con bronce en los zapatos. Y ya nadie esculpe estatuas tan absurdas.
Señores con tarjetas de visita en el bolsillo. Abogado. Broker. Negrita. Subrayado. Tarjetitas de cartón. Estúpidas como las postales en el buzón de un muerto.
Me río del charco de sangre de ese gordo sobre el asfalto. De su corbata. De su colesterol. Del Viña Ardanza en la comida. De su firma en el contrato.
Y aplaudo al pizzero express. Ese que se lo ha llevado por delante. Admiro a los kamikazes. A los que acaban con esos que no son nadie pese a lo que digan sus nóminas
Y Laura. Hija del gordo muerto. En casa. Acaricia sus piernas. Recién depiladas. Y sopla el esmalte de sus uñas. Impaciente. Porque su pizza no llega. No por un padre muerto. Por una cuatro estaciones. Sin champiñones.
Y Luis, pizzero express. Se agacha. Y no llora. Y recoge del suelo ese fajo de tarjetas. Y decide que ya no reparte pizzas en una derbi. Ahora Luis es abogado. De los importantes. Con una corbata blanca. Sobre su impermeable rojo telepizza.

enfant terrible 1:59 AM | Comentarios (3)

21 de Mayo 2004

Hot

No puedo escribir con calor. Ni enamorado. Necesito frío en los pies. Miedo. Un hígado que crepite. Que arañe. Vertigo en el culo y en la nuca. No puedo masticar lo que escupo. Y notar. Que las frases saben a donut mareado en el microondas.
No sé escribir. Pero sé mirar. Y tengo mala leche. En los nervios que le chivan a los dedos lo que ven las pupilas. Y el calor sólo sirve para espejismos sin reflejo. Para que las letras se espachurren. Como los helados de los niños. Que se suicidan. Para que tú los pises.

enfant terrible 10:50 PM | Comentarios (1)

Cerillas

Las sorpresas son menos sorpresa cuando toda la sala sabe como acaba la película. Me gusta que tu tos no suene a anuncio de jarabe. Suena triste. Como un gitano tocando la trompeta. En un descampado. Cerca de su caravana. En esa hora en la que nadie sabe si es de día o de noche.
No me gusta cuando estas lejos. Te veo enana. Pareces un souvenir. Te metería en una burbuja de cristal. Y al darte la vuelta. Nevaría. No sé que ciudad podrías ser. Un sitio donde morir, seguramente.
Así que acércate. Quita esa cara de sorpresa. No tosas. Y sopla las velas. Celebramos que estamos tristes. Muy tristes. Como una caja de cerillas. En un túnel de lavado.

enfant terrible 10:17 PM | Comentarios (1)

15 de Mayo 2004

Naipes

Me apetece una princesa muerta y un príncipe que llora. Día de fiesta para los chicos de azul y sus subfusiles. Nada que defender. Nada que proteger. Niños con hambre comiendo joyas, flores. El dinero nunca está en los hígados que lo necesitan. Hadas que saltan desde sus castillos. Dragones con mocos. Carrozas diesel. Rubias de telediario creyendo en las segundas oportunidades. Tetas de portada. Y reyes muertos. Ahorcados con la cola de un vestido. Blanco. Coronas en el suelo. Las de una baraja rota.

enfant terrible 10:02 PM | Comentarios (5)

14 de Mayo 2004

Talco

Creo que empecé a los ocho años. Esnifaba pegamento de un calcetín. Tenía un chándal rojo. Unos zapatos negros. Un primo. Y poco más.
La calle es un colegio cruel. Se limita a enseñarte lo que nunca tendrás. Entrábamos en bares. Con churretes en la frente. Pedíamos. Robábamos lo que podíamos.
El pegamento ayudaba a no pensar. Como aquella vez. Cuando un tipo me violó. Me partió un diente en una de las embestidas. Después me dio diez euros. No fue un mal cambio. Con ese billete mi primo y yo nos tomamos tres hamburguesas y un bidón de cocacola. Yo por mi parte, estuve una semana durmiendo de lado.
La diferencia entre mi culo rajado y tu culo sentado es mínima. Yo no escogí nacer de un coño en Rumania. Tú tampoco escogiste crecer no violado. La probabilidad separó nuestras placentas tres mil kilómetros. Y esa, creo, es la distancia entre la sangre y los polvos de talco.

enfant terrible 2:16 PM | Comentarios (10)

9 de Mayo 2004

Ellas

Me enamoro de la misma mujer. En distintas ciudades. Con diferentes acentos. Tacones. Labios.
Si fuera Millás o Kundera seguramente sabría explicartelo. Tendría palabras. Facilidad para hablar de las dualidades. Pero no, sólo tengo un puñado de malas frases. Y chicas que escupen el humo de sus cigarrillos con elegancia. Con pena.
Son chicas, mujeres, niñas. Siempre imagino sus cuatro años. Y en el fondo, todas llevaban las mismas coletas. Y su plastilina siempre suena un poco triste.
Distintos tangas y distintos sabores. Las mismas lágrimas. Las madrugadas nunca son noches cerradas. Os escribo algunas frases. Entre polvos. Y vosotras no lo sabéis. Escribo desnudo. Y odio que me desnudéis al leerme.
En el fondo, todas sois ella. Y yo, el que cambia en cada par de ojos.

enfant terrible 5:25 PM | Comentarios (15)

8 de Mayo 2004

Breakfast

No tengo vértigo. Salto al vacío de tu ombligo. Sin cuerdas, sin permiso, sin pinzas en la nariz. Me gusta que no huela a anuncio.
Antes del vértigo, de las sábanas, de tu coche. Me encanta haberme limpiado el culo, con las hojas de tu libro. Ese que leías ayer. Educación gestual. Cómo sentarse. Cómo mirar. Cómo coger el vaso. Cómo acariciarse el pelo. Menuda gilipollez. Sólo he necesitado un brazo en tu cintura. Y caradura en tu cuello.
He desmontado un libro. He juntado vértebras con caderas. Me encanta follar. Contigo y sin mí. El sexo es maravilloso. Y un asunto insultantemente sobrevalorado. Si la gente follase más, no se hablaría tanto de ello. La gente desayuna todo los días, y nadie parece darle demasiada importancia. Nadie alardea, entre cervezas, lo cojonudo de su desayuno. Menos los ingleses, que desayunan demasiado, y siempre son un tanto absurdos.

enfant terrible 10:10 PM | Comentarios (3)

7 de Mayo 2004

Dentro

Soy el niño que empuña la navaja y se acerca al columpio. Tengo barro en las suelas y una mariposa con un filo de siete dedos. Sólo quiero una moneda. Dos metros más allá soy también el niño con miedo en el culo. Dejo de columpiarme. Tenso los hombros. Caigo al suelo. Me desangro con dos euros ocultos en un puño cerrado.
Soy la hoja de metal y la arteria que cede. Clavo tablones cada vez más altos en una barrera que sólo yo veo. No importa, la acabo saltando siempre. Parte de mis rodillas se queda en cada salto.
Cierro todas las puertas. Me trago sus llaves. Me prohíbo ir a más. Me niego a mí mismo. Me desuello. Me abro en canal. Meto la mano. Cojo todas esas llaves. Abro lo que me da la gana. Yo y yo. Yo en mayúsculas y yo sin miedo. A nada.

enfant terrible 9:48 PM | Comentarios (2)

2 de Mayo 2004

Nadie

Me llama la editora. Me pide una pequeña biografía. Cinco o seis líneas. No te explayes. Dice al otro lado del auricular.
Cuelgo. Me siento. Tecleo. Tengo un nombre. Dos apellidos. Un año. Una ciudad. Me siguen sobrando cinco o seis líneas. No soy nadie. Y me encanta.

enfant terrible 7:14 PM | Comentarios (5)

Plan renove

Prometo dejar de rechinar. De sonar pretendidamente sentencioso. Pretencioso. Prometo quitarme esta estúpida visera de telegrafista. Prometo que habrá más palabras que puntos. Que compraré una caja de comas. Que dejaré las patadas. A los diccionarios. A las bocas.
Prometo escribir con menos odio. Beber menos. Enamorarme. Dejar los tacos, al escribir. No quiero que esto siga pareciendo un rap leído por tartamudos.
Empezaré a contar alguna verdad. Y te daré detalles. Sobre mis polvos. Sobre intimidades. De las que venden. Pondré mi foto. Para perder, definitivamente, lectoras. Lectores. Pondré un diseño apañado. Para tener un montón de imbéciles más. De los que se enamoran de la carrocería. Y no del motor.
Y una mierda.

enfant terrible 7:04 PM | Comentarios (4)

1 de Mayo 2004

Terrible

Soy dos capas de impostura. Nunca voy a reconocer que lloro. Sólo te contaré que leo a Bukowski, Miller, Loriga. Pero Los sonetos a Orfeo, de Rilke, no es un título que asuste a nadie. No es un libro que voy a dejar que sepas que leo.
Seguramente yo también tenga un puñado de sueños. No los vas a escuchar nunca. Seguiré haciendo ver que todo da igual. Que nada importa demasiado. Que morir hasta las cejas no es tan mala idea. Seguiré mirando desafiante. Sonando rotundo.
Te convenceré. La felicidad está al final de cada vaso de tubo. Te mentiré. Te diré que nunca me he enamorado. Y en el fondo, sólo es miedo. Odio. Un o pisas, o te pisan.
Ganarse el respeto por andar de la mano con la más bonita. Es absurdo. Como aquellos calcetines blancos de Michael Jackson. Los besos de noche son como las mentiras de los niños pequeños. Graciosas, pero mejor no creer en ellas. No te dejes engañar. Por los zapatos. Por las pintas. En el fondo, todo es mentira. Es sólo un disfraz. Y yo, un imbécil.

enfant terrible 5:46 PM | Comentarios (1)

F355

Ponte esto. Vamos a robar. Un descapotable. Un coche que nos merezcamos. Uno que nunca podríamos pagar.
Pestañéale a todo el que pase. Yo me ocupo de la electrónica. Hay un montón de viejos repasándote el escote. Y un montón de cablecitos verdes cerca del sistema de arranque. Verdes. Como tus tacones. Mejor puenteo el azul. Cualquiera se fía de esos zapatos.
No me mires así. Ya sé que dos horas para robar un coche no es un récord. Mi intención no era ocupar las páginas de ese estúpido libro de hazañas inverosímiles.
No tenemos demasiado dinero. Ni para la gasolina del coche. Ni para la nuestra. Pero como cantaba aquel grupo de melenudos. Life’s a journey, not a destination.
Bailamos. Sobre el capó. Todas las canciones. Todas las que te hacen sonreír. Quítate los tacones. No le rayes el coche al dueño. Somos malos buenos. Acuérdate.
Y cuando empiece a llover. Y sólo se escuchen sirenas. Y no tu voz. Quítate el cinturón. Acelero. Y morimos. Jóvenes. Felices. Bonitos. Como este descapotable italiano.

enfant terrible 12:18 AM | Comentarios (0)