8 de Mayo 2004

Breakfast

No tengo vértigo. Salto al vacío de tu ombligo. Sin cuerdas, sin permiso, sin pinzas en la nariz. Me gusta que no huela a anuncio.
Antes del vértigo, de las sábanas, de tu coche. Me encanta haberme limpiado el culo, con las hojas de tu libro. Ese que leías ayer. Educación gestual. Cómo sentarse. Cómo mirar. Cómo coger el vaso. Cómo acariciarse el pelo. Menuda gilipollez. Sólo he necesitado un brazo en tu cintura. Y caradura en tu cuello.
He desmontado un libro. He juntado vértebras con caderas. Me encanta follar. Contigo y sin mí. El sexo es maravilloso. Y un asunto insultantemente sobrevalorado. Si la gente follase más, no se hablaría tanto de ello. La gente desayuna todo los días, y nadie parece darle demasiada importancia. Nadie alardea, entre cervezas, lo cojonudo de su desayuno. Menos los ingleses, que desayunan demasiado, y siempre son un tanto absurdos.

enfant terrible,
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