11 de Junio 2022

búhos

Los contadores de luz parpadean, como búhos de ojos rojos, en mitad de la noche. Todas esas caras digitales me miran al entrar al portal. Subidas a ramas de cables junto a una fila de buzones de piedra. Si no enciendes la luz, parece un cementerio. Si lo haces, los búhos parpadean, registrando una nueva visita, lo que te convierte en el próximo muerto del portal. He esperado a que el detector de movimiento se aburriera de mi presencia. He vuelto a casa tan decepcionado, que las luces se han apagado en seguida; mi alma ha dejado de ser detectable a los tres segundos. Me he agarrado fuerte a la barandilla, como cuando no tienes claro de dónde vienen las olas. He abierto la puerta casa y en seguida la ventana que da al mar. Quería ver cómo se movían los geranios. Un par de llamadas perdidas me han iluminado el bolsillo, pero no era el faro que andaba buscando. He dejado que se apagaran. Como los gritos de los borrachos calle abajo. Después, el silencio, la sirena de una ambulancia, me ha recordado que esta noche era el entierro. De una amistad.

enfant terrible,
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