18 de Julio 2021

sombrilla

Un chico se ha caído en mitad de la plaza y nadie le ha ayudado. Se ha tropezado mientras colocaba las sombrillas de un bar. La gente seguía sentada y le miraban mientras mojaban cruasanes en café. Nadie se ha levantado. Eran las nueve y media y la nariz del chico ha empezado a gotear sobre la sombrilla blanca, impoluta, y asesina. Sí, pienso seguir utilizando la coma Oxford, pese a lo terrible del nombre. Su pierna estaba atrapada bajo el carrito con el que estaba sembrando de sombrillas los adoquines. No he visto la escena porque estaba en el baño del hotel. He escuchado un estruendo mientras estaba sentado en la taza del váter y por un momento he pensado en Vincent Vega. Al salir te he visto muy nerviosa, recolectando servilletas para intentar taponar la herida del chico. Le estabas hablando mal al camarero del hotel y en ese momento he comprendido que ocurría algo grave. Tú nunca le hablas mal a nadie. El chico sangraba cada vez más y tú le has tendido las servilletas. La sombrilla se estaba convirtiendo en una camisa flamenca de topos rojos destiñéndose en un tiroteo. El chico, desde el suelo, te ha sonreído como si fuera el final y tú la Virgen. Tenía tanta sangre en las encías que he podido escuchar el ruido de tus tripas. La plaza seguía mojando cruasanes que goteaban tanta indiferencia como sangre.

enfant terrible,
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