dormimos abrazados
a pequeños teléfonos móviles,
esperando que se iluminen
como bengalas en mitad de la noche
somos náufragos
embotellando mensajes
de ciento sesenta letras,
disparando poesía al aire
como mejicanos borrachos.
la tecnología ha acabado con el amor
alguien debería acabar con la tecnología