11 de Julio 2005

36

A veces, el olor de tu coño a las tres de la mañana. Y después de eso, la nada.
Quizá tus venas mordiéndote las muñecas. Nueva Zelanda y la Virgen. Dos manchas de vino sobre la sábana. Tomad y bebed todos de él.
El ruido, la pausa, y el silencio mientras la aguja araña el vinilo avanzando hacia el siguiente anillo de música.
Y un hilo de Jacques Brel, suave y perfecto como un culo de mármol, posa el tren de aterrizaje sobre tus ingles. Gracias por volar con nosotros. La temperatura exterior es de treinta y seis grados.

enfant terrible,
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