5 de Abril 2005

Estocolmo

Me falta el meñique izquierdo. Por las mañanas hace calor y por las noches frío. La bombilla lleva un mes fundida. Hay cercos de humedad sobre el colchón. Alguien ha metido mi meñique en un sobre. El primer día que se fundió la bombilla hice una marca en la pared. El colchón ahora es gris. Antes era verde. Antes azul. Ahora hay treinta marcas arañadas en la pared. Cada siete días alguien se fotografía junto a mi. Recorro dos kilómetros cada mañana. La distancia entre paredes es de dos metros y medio. Repito ese recorrido ochocientas veces al día. En mi fotografía semanal alguien me obliga a posar sosteniendo un periódico. He perdido doce kilos. El periódico está en francés. Imagino a mi madre llorando al ver mi meñique en un sobre. Mi foto en un telediario. No llores mamá, no era mi dedo preferido. Es una foto realmente buena, no recuerdo quien la hizo. Seguramente tú.
No soy un secuestrado. Sólo soy alguien que se había enamorado. Alguien que arrastra un terrible síndrome de Estocolmo.

enfant terrible,
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