Alguien decidió que diez dedos en dos manos eran demasiados. Y cerró la puerta. Con mi mano entre las bisagras.
Tengo un dedo con tornillos tatuados. Y una uña esmaltada. Yo, que ya no me pinto las uñas como cuando era pequeñita.
Y las manualidades de entrepierna se han vuelto más cuidadosas. Más cariñosas. Soy mejor amante desde que tengo un dedo Puleva. Papilla. Puleva.