5 de Enero 2007

emergencia

Ducharse costaba tres euros. Pero no podías hacerlo con una moneda de dos y una de uno. Tenías que meter tres monedas de un euro.
Después de eso, la puerta se abría y veías un pequeño bote de jabón con algo de mierda en la punta del dosificador.
Había una ventanita que daba a un patio interior. Sacaba la cabeza por allí mientras me enjabonaba la polla y el ombligo, y esperaba que alguna cortina se corriese. Supongo que sólo esperaba encontrar algo de vida en el resto del hostal.
Y de pronto, el agua dejaba de caer, y el resorte de la puerta volvía a saltar. Eso significaba que los tres euros no daban para más.
Entonces, volvía a la habitación, aún con jabón en las orejas, y esperaba que alguien siguiese las huellas de agua que dejaba sobre la moqueta roja.
El tercer día, una chica llamó a la puerta y me pidió tres euros. Es una emergencia, dijo. Y me acercó uno de sus sobacos para tratar de demostrarlo.
Cuando bajé a la calle, la chica de los sobacos estaba pidiendo una cerveza en el bar de abajo.

enfant terrible 11:04 PM | Comentarios (21)