4 de Abril 2004

Tambores

Capirotes. Y túnicas. Negras, moradas. La luz de las farolas sobre las aceras mojadas. En Abril siempre llueve.
Pies descalzos. Uñas sucias. Y cirios, que no velas. En Abril se llaman cirios. Que suena más serio. Y la cera resbala con la lascivia propia de lo estúpido. Y chica ponte tu collar nuevo, que nos ponemos en este rinconcito y seguro que salimos por la tele.
Alguien escribió una metáfora con barba y anorexia para explicar una reacción química. Un big bang. Pero con agujeritos en las manos. Y alguien lo alquiló por doce monedas. Las mismas doce monedas de mil euros que vale ese collar. Y nuestro dios es el más alto. El más bueno. El más guapo.
Espaldas que sangran. Rodillas lijadas. Pero los fanáticos son los otros. Nosotros no. Y no se podía esperar demasiado de alguien que se jubiló el sexto día. Y como suenan los tambores.

enfant terrible,
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