Me da igual que seas bisiesto. No me impresiona que me concedas un día de ventaja, un veintinueve del dos. Yo ya te he regalado este primer mes, a estas alturas sería absurdo elaborar una lista de buenos propósitos, prometer que dejaré de beber mientras apuro un bloody mary.
Me tienes ganas y sé que cuentas con información privilegiada, lees los periódicos de mañana y ya has hecho un pequeño hueco para mi esquela. Enfant terrible lo quiero en negrita, pero no antes de cumplir los treinta.