Si vivir es aprender a renunciar, no me interesa la vida.
Cuando alguien lea esto, dentro de unos años, utilizando un simulador de la vieja Internet. Y se avergüence de nuestros miedos, y especialmente de la tecnología utilizada para difundirlos. El día que el verdadero reto sea desaparecer, y perder la identidad virtual. Alguien nos recordará, con el mismo cariño, con el que nosotros miramos las fotos amarillentas, de los desconocidos que nos engendraron. Y pensará que somos los nietos de las enfermedades amables. Y los padres de la precariedad tecnológica. La noche que los ladrones de ojos se conviertan en los nuevos camellos de la biometría.
somos hombres
permanentemente predispuestos
a algo que aún desconocemos
somos órganos frescos
en la sala de espera
de un país extranjero
vives solo
comes solo
paseas solo
duermes solo
¿no es un exceso
de ausencia?
seguramente,
pero sólo ahora
entiendo qué es
estar solo
hablas solo
escribes solo