28 de Mayo 2010

carpaccio de escroto

Tu cuerpo desnudo, bajo un kimono, siete husos horarios más allá. Pálido por muerte por espera. Y mi vida, junto a tu vida. Y mi cuerpo derrotado, como un caballo asustado, desamparado.
Y poner, por fin, los huevos sobre la mesa. Y preparar carpaccio de escroto. Mientras la pepita de limón oscila entre el miedo y la sal. La gota de sangre se abomba y parecemos reales, de nuevo, en el reflejo.

enfant terrible,
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