una vez pensé
matar a un hombre.
matarlo de una forma
sincera y cruel.
era un hombre
al que quería.
de hecho,
era un buen amigo.
lo cierto es que
el impulso,
poco a poco,
desapareció.
como el agua
que se escapa
por un sumidero.
cualquiera puede
ver el rastro.
y ahora,
cada vez que ese hombre
me mira.
lo ve.