20 de Abril 2006

los franceses tienen cara de camembert

Después de tres explosiones parece que algo se ha inmolado dentro del microondas. Abro la portezuela y miro cómo se deshinchan las burbujas de patata.
La última vez que comí puré medía menos que una papelera.
Iba con corbata al colegio.
Soñaba con meterle un dedo por el culo a mi profesora de piano.
No era un niño feliz.
Mis amigos jugaban a fútbol mientras Dominique me obligaba a copiar cien veces. Los franceses no tienen cara de camembert.
Me aterraba la Carnicera Bizca. Le olían los sobacos a salsa barbacoa. Cuando levantaba la vista, su ojo izquierdo apuntaba a las costillas de cordero, y el derecho a los pinchos morunos. Tenía hebras de carne entre los dientes.
La última vez que comí puré era un niño con miedo.
Y ahora, lo sigo siendo.

enfant terrible,
comentarios
comentarios