La noche que se apagaron todas las luces de la ciudad había anfibios azules en la espalda de Susana Nuez Moscada.
Su encendió la linterna y vimos un mono chupando monedas doradas. Un mono que se presentó a si mismo diciendo hola, soy John Arcadas.
Con el culo en el borde de la ventana, John decía que la oscuridad es una lengua negra que nos lame a todos la cabeza. Decía eso mientras se pintaba las uñas de los pies de color cereza.
Su le tiró la linterna a la cabeza y el mono se tragó una de sus monedas. Le quitó el esmalte de color cereza y le escribió algo sobre las cejas.
Cómprate un zeppelín y desaparece es lo que puede leerse sobre los ojos de ese mequetrefe.
El mono empieza a llorar, se convierte en plátano, se come a si mismo, y desaparece.
Después de eso, vemos la calle iluminada, y los anfibios azules siguen tatuados en la espalda de Nuez Moscada.